7 de marzo, 2021

Navas de Bureba, románico con personalidad

Enrique del Rivero

Enrique del Rivero 7 de marzo, 2021 · 4 minutos

Con el murallón rocoso de los Montes Obarenes a su espalda, en una zona en la que aún resuenan los ecos del legendario castillo de Petralata y presidido por los 1.235 metros de altura del pico del Pan Perdido se descubre el caserío de Navas de Bureba. En el centro del pueblo se alza la iglesia parroquial que conserva una interesante cabecera románica adornada con unas singulares y bellas ventanas polilobuladas.

Sillería de arenisca rojiza

A pesar de las numerosas reformas —sobre todo en su interior— la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Navas de Bureba mantiene un atractivo aire románico. El templo responde al esquema habitual de las iglesias románicas de La Bureba: nave única, dividida en tres tramos, portada meridional, presbiterio recto y ábside semicircular. La fábrica románica, fechada entre finales del siglo XII y el primer tercio de la siguiente centuria, se levantó con un muy trabajado aparejo de sillería de fina arenisca rojiza.

Elegante ábside

El elemento más llamativo de la iglesia, fechado a finales del siglo XII, es su ábside semicircular. Elevado sobre un zócalo, que salva el desnivel del terreno, muestra un elegante tambor absidal dividido en tres paños por dos haces triples de columnas. Siguiendo el modelo de la cercana iglesia de Soto de Bureba, la columna central de estos pilares presenta casi el doble de diámetro que las laterales. Mientras el haz de la izquierda está decorado por un cortejo de tres ángeles escoltados por aves con cabezas humanas; el de la derecha del espectador se remata por dos rugientes leones con aves-arpías a los lados.

Exóticas ventanas polilobuladas

Pero, sin duda, lo más llamativo de la capilla absidal de Navas de Bureba es la gran ventana que decora su paño central y que está compuesta por dos arquivoltas concéntricas de tres lóbulos la interna y de siete la exterior. Aunque se ha querido ver una inspiración musulmana, en realidad responden al recargado y un poco artificioso juego decorativo de la arquitectura de finales del románico. Los capiteles sobre los que descargan estos vistosos arcos muestran una decoración con temas vegetales.
También en el tramo recto del presbiterio se abre otra ventana con la misma factura y belleza polilobulada. En este caso la arquivolta externa luce un arco pentalobulado y trilobulado la exterior. Los capiteles muestran arpías y vegetales.

Variados canecillos

Los numerosos canecillos que soportan la cornisa del ábside y el presbiterio —decorada con un relieve de zigzag— están ejecutados con la misma talla, un poco ruda, del resto del repertorio iconográfico del templo. Predominan los rostros humanos con actitudes grotescas y los animales reales y fantásticos. El interior de la iglesia, que conserva algunos elementos románicos sobre todo en la cabecera, fue muy reformado en los siglos posteriores.

Abocinada portada

Tras un derrumbe de la torre bajo la que se alza y una completa rehabilitación del templo —se eliminó la sacristía adosada al exterior y el recrecido de tapial y entramado de la cabecera— se puede disfrutar de la portada de la iglesia. De llamativo abocinamiento sus arcos y arquivoltas lucen un apuntado perfil que confirma que los maestros que trabajaron en su fábrica ya conocían las claves del arte gótico que poco a poco se extendía por Castilla. En la iconografía de los motivos que decoran los capiteles de la portada de Navas de Bureba se alternan las grotescas máscaras, con variados animales fantásticos y monstruosos. En los capiteles más próximos al arco de entrada se reconoce a sendos atlantes que parecen sostener el peso del edificio.

Cómo llegar

Desde Burgos hay que tomar N-I o la AP-1 hasta Briviesca. Tras seguir unos kilómetros por la N-I, y a la altura de Cubo de Bureba, hay que desviarse por la N-232 con dirección a Santander. Ya solo queda, una vez atravesada la localidad de Quintanaélez, buscar el ramal que hacia la derecha enfila hacia Navas de Bureba. La visita a Navas de Bureba se puede completar con la de la cercana iglesia de Soto de Bureba.