24 de enero, 2021

Valle de las Navas, la Arizona burgalesa

Enrique del Rivero

Enrique del Rivero 24 de enero, 2021 · 3 minutos

Hay gente que tiene predisposición natural por los minimalistas paisajes desérticos. Y no hace falta que se desplacen muy lejos ya que en el burebano Valle de las Navas, conocido como la Arizona burgalesa, se localiza un territorio en el que predomina un carácter estepario de fantasiosa apariencia y variadas tonalidades. Modelado por la erosión en los blandos materiales terciarios y cuaternarios, en la zona se suceden los conglomerados calcáreos, las arcillas rojas, las areniscas amarillentas, las margas blancas y grises, las calizas y las arenas del Mioceno Inferior. Este desierto burgalés, que no lo es tanto ya que es el hábitat ideal para muchas especies de aves esteparias y rapaces como el águila real, tiene su acceso principal desde Tobes y Rahedo.

Desértico paisaje

El Valle de las Navas es un municipio que abarca en su extenso término las entidades de Rioseras, Robredo-Temiño, Celada de la Torre, Riocerezo, Tobes y Rahedo y Melgosa. Pero también con ese topónimo se conoce un territorio situado en la cabecera del río Homino en el que predomina un casi desértico paisaje de fantasiosa apariencia y variadas tonalidades, modelado por la erosión en los blandos materiales terciarios y cuaternarios depositados en la zona.

Personalidad propia

Los relieves de La Serrezuela —prolongación oriental de las alineaciones calizas de Ubierna y Peñahorada—, al sur; el Páramo de Masa, en las inmediaciones de Cernégula, al norte; la carretera a Villarcayo, C-629, al oeste, y la carretera a Poza de la Sal, BU-V-5021, al este, son los límites aproximados del espacio natural del Valle de las Navas. Un territorio de singular personalidad paisajística modelado en los blandos materiales terciarios y cuaternarios depositados desde el Mioceno Inferior —hace unos 30 millones de años— hasta nuestros días en la cubeta perfilada por los páramos calcáreos del entorno.

Alternancia de materiales

En el Valle de las Navas se suceden los conglomerados calcáreos, las arcillas rojas, las areniscas amarillentas, las margas blancas y grises, las calizas y las arenas del Oligoceno y el Mioceno. Sobre todos estos materiales terciarios, todos ellos de procedencia lacustre, se han depositado, en las zonas próximas a los cursos fluviales, gravas, cantos poligénicos, arcillas, limos, arenas y margas blancas cuaternarias. Precisamente la erosión producida por los ríos, arroyos y torrentes que forman la cabecera del río Homino —entre otros el río de la Molina y los arroyos de Fuente Monte, de la Nava y Valdizán— y la alternancia de litologías de distinta dureza son los principales responsables del relieve de cerros testigos, laderas, cárcavas, barrancos, glacis y terrazas que caracterizan la extraordinaria personalidad y colorido de este paisaje burgalés.

Vegetación esteparia

Las peculiaridades edafológicas, la pertenencia bioclimática al piso supramediterráneo y la fuerte presión antrópica han favorecido un tipo de vegetación de carácter estepario en la que además de las comunes matas de aulaga, tomillo, romero, espliego y cantueso se localizan plantas menos conocidas como el inmortal menor, la Centaurea melitensis, el abrojo, el Carduus tenuiflorus, la barrilla pinchosa, la cebada de ratones y la escobilla parda.

Aves esteparias y rapaces

En cuanto a la fauna son bastante abundantes aves esteparias como la curruca tomillera, la calandria, la alondra, la terrera común, el sisón y el alcaraván. Otras aves bien visibles son los aguiluchos cenizo y pálido y varias parejas de águila real que, como las anteriores aves rapaces, ha instalado sus nidos a ras de suelo, buscando la protección de una escondida cárcava. Los animales de pelo están representados por jabalíes, corzos, zorros, tejones e incluso no es raro el paso por la zona de algún esquivo lobo ibérico.

Cómo llegar

Para visitar una de las zonas más espectaculares del Valle de las Navas, la cabecera del arroyo de Fuente Monte, hay que alcanzar primero Tobes y Rahedo. Desde esta localidad parte una pista de concentración que recorre un vallejo presidido por los cerros de Prado Tajada y La Mayor. Otros rincones interesantes se localizan cerca de Melgosa, Arconada, Quintanarruz, Valdearnedo y Abajas.