Enrique del Rivero 3 de junio, 2025 · 3 minutos
Incluido dentro del Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón el territorio de los pueblos que forman el municipio de Tubilla del Agua está íntimamente vinculado al curso del bajo Rudrón y al singular trazado de su profundo, largo y serpenteante cañón. Un espacio natural único que, junto a los páramos circundantes, está repleto de biodiversidad, belleza y enclaves singulares que merecen una detenida visita.
Un espectáculo de 20 kilómetros
Entre Bañuelos del Rudrón y Barrio de Nápoles, pasando por Tablada del Rudrón, Tubilla del Agua, Covanera y San Felices del Rudrón, el río Rudrón ha excavado un extenso cañón que en algunos puntos alcanza un desnivel superior a los 300 metros con respecto a las parameras calizas de La Lora. Durante cerca de veinte kilómetros río y cañón serpentean al unísono formando unos sugerentes y angostos meandros que pueden presumir de una riqueza natural sin parangón.
Variedad arbórea
El curso bajo del Rudrón atraviesa un área de transición bioclimática. Un enclave privilegiado en el que conviven árboles del ámbito mediterráneo —quejigos, rebollos, encinas y arces— con otras especies como el haya, típicamente atlántica. También el Rudrón discurre protegido por un variado bosque de ribera —álamo, chopo, aliso, fresno, olmo de montaña y mostajo— que levanta una densa cúpula verde sobre las cristalinas aguas del río. Los páramos son más austeros con arbustos esteparios y bosquetes de encina y quejigo.
Riqueza faunística
Además de su elevado interés botánico el bajo Rudrón y las parameras calizas por las que discurre encajado constituyen un verdadero santuario para algunos de los más señalados representantes de la fauna ibérica. La nutria, el desmán ibérico, el mirlo acuático y el martín pescador tienen en las puras aguas del Rudrón una de sus más seguras zonas de reproducción. En los escarpados farallones y repisas que presiden los cañones crían, además de numerosos buitres leonados y algunos alimoches, unos cuantos búhos reales y varias parejas de águila real. Corzos, jabalíes, gatos monteses, tejones, zorros, lobos y la reciente presencia de algún oso juvenil rematan el panorama.
Valiosos páramos
Los extensos páramos calizos por los que a modo de gigantesca cicatriz se ha abierto paso el Rudrón también atesoran un alto valor paisajístico y ecológico. Su relieve está formado por alargadas y horizontales superficies calizas en las que sólo crece una rala vegetación arbustiva que durante las primaveras lluviosas se convierte en un multicolor y vistoso tapiz florido. El agua que se filtra por su kárstificada superficie alimenta unos potentes acuíferos que están en el origen de las numerosas surgencias de la comarca.
El jardín de las orquídeas
En la provincia de Burgos y gracias a su privilegiada ubicación biogeográfica se han citado unas 70 especies de orquídeas pertenecientes a 17 géneros. Uno de los enclaves en los que más especies se han localizado es en la caliza superficie del entorno del bajo Rudrón. Estas bellas y pequeñas orquídeas silvestres, que con sus formas imitan a los insectos que deben polinizarlas, constituyen uno de los tesoros naturales de la comarca y son un auténtico regalo de la naturaleza.