Enrique del Rivero 4 de diciembre, 2020 · 3 minutos
Desde siempre la miel y los demás productos elaborados por las abejas han sido un importante recurso natural como complemento alimenticio y remedio en la medicina tradicional. En la provincia de Burgos, en concreto en las comarcas de los valles de Sedano y el Rudrón, se localizan unas seculares estructuras de piedra en las que los vecinos instalaban sus colmenas: las hornilleras.
Una de las mejor conservadas se localiza en las inmediaciones de Gredilla de Sedano, en el estrecho valle del arroyo de Fuente Hernando y a un paso de la Fuente de la Granja.
Como casi todas las hornilleras, está instalada aprovechando uno de los abundantes abrigos rocosos de la zona. Están constituidas por una sencilla construcción de sillarejo que adapta su planta a la superficie existente. Suelen ser alargadas, muestran un acceso lateral y una fachada donde se sitúan varias hiladas de los dujos —troncos ahuecados— que alojan las colmenas. El espacio interior de estas edificaciones dispone de un pasillo amplio para poder extraer la miel y almacenar los distintos utensilios.
Desde los tiempos prehistóricos las colmenas se practicaban en los troncos de árboles huecos que se encontraban en las inmediaciones de los asentamientos. Con el tiempo, al aumentar la población y la cría de las abejas se empezaron a ahuecar troncos y ramas gruesas. Este es el origen de estas colmenas conocidas como dujos en el Valle de Sedano y en buena parte del norte de la provincia de Burgos.
Para fabricar los dujos se emplean árboles de madera dura. Los más buscados son los troncos de quejigo, cerezo y nogal. El dujo se consigue vaciando los troncos —dejando una pared de unos 5 centímetros— con una herramienta adecuada, que muchas veces es la misma utilizada para cortar y extraer el panal de la colmena. A veces también se empleaba el fuego para facilitar la operación.
Los dujos se podían colocar verticalmente, asilados del suelo con una losa, o bien dispuestos horizontalmente en los desvanes de las propias viviendas, los pajares o en construcciones específicas como las hornilleras. Los dujos se abren al muro exterior de la hornillera través de la piquera una tapa de madera en la que aparecen practicados una serie de agujeros por donde entran y salen las abejas. Debajo de los orificios se sitúa un listón de madera que sirve de descansadero para los insectos
Estos insectos himenópteros han acompañado al hombre desde los tiempos prehistóricos. Además del aprovechamiento de sus productos —miel, cera y polen— también han cumplido un impagable papel como animal polinizador para los frutales y otros muchos cultivos hortícolas. Una colmena media, como la que puede alojarse en un dujo, está formada por una sola reina y unos 40.000 individuos, entre obreras y, unos pocos, zánganos. Su producto más apreciado es la miel, aunque también las abejas elaboran cera y polen. La escasa miel del Valle de Sedano es una de las más apreciadas de España.
La hornillera de Gredilla de Sedano se encuentra a poco más de un kilómetro de la localidad siguiendo la carretera BU-V-5030 con dirección a Pesadas de Burgos. Se puede aparcar justo enfrente, muy cerca de la caudalosa fuente de la Granja. En los meses cálidos del año, cuando más actividad muestran las abejas, no hay que acercarse mucho a la hornillera para no molestar a unos huéspedes que saben defenderse muy bien.
Más información: www.valledesedano.org