Enrique del Rivero 8 de septiembre, 2021 · 3 minutos
El Canal de Castilla es la obra de ingeniería hidráulica de mayor envergadura llevada a cabo en España durante la Época Moderna. Su construcción duró casi cien años —entre 1753 y 1848— y en su largo recorrido, que atraviesa las provincias de Palencia, Burgos y Valladolid, se pueden contar por cientos los elementos característicos de su estructura. Entre todos destaca el acueducto de Abánades, enclavado dentro del término municipal burgalés de Melgar de Fernamental.
En su corto tramo por la provincia de Burgos el Canal de Castilla muestra una de sus construcciones más importantes y llamativas: el acueducto de Abánades. También conocido como del Rey, este puente-acueducto salva el curso del río Abánades o Valdavia. Proyectado por el ingeniero Fernando de Ulloa, sus obras se iniciaron en 1775 y no concluyeron hasta cinco años después. En su época se convirtió en una de las más importantes obras en su género de todo el mundo.
Consta de cinco grandes arcos de medio punto, sostenidos por cuatro enormes pilares de doble contrafuerte. Por encima, pasa la caja del canal, custodiada por dos anchas banquetas —por las que continúan los caminos de sirga— que terminan en forma de aletas. El acueducto, que está levantado con bien trabajados sillares, llama la atención por sus grandes dimensiones y por la innegable belleza de su cuidada y armoniosa fábrica.
Sus contemporáneos también quedaban admirados por su tamaño y atrevimiento técnico. Jovellanos nos dejó una elocuente descripción: “…el famoso puente-acueducto de Abánades es de cinco arcos de treinta a treinta y seis pies de luz, todo él tendrá la altura de cincuenta pies, y como trescientas varas de largo, incluidas las aletas, antes y después de él…de forma que el agua del canal irá suspendida hasta doce pies sobre el suelo…”. En la actualidad y tras las últimas restauraciones el acueducto luce casi igual de imponente que en el momento de su construcción, hace casi 250 años.
En las inmediaciones del acueducto se estableció, en la época de construcción de este, la nueva población de San Carlos el Real de Abánades. Hacia 1800 tenía ocho vecinos, de los cuales cuatro eran labradores de una yunta de bueyes, tres braceros y hortelanos y el restante, tejedor de lienzos. Contaba con iglesia, herrería y diversos talleres para el mantenimiento del canal.
De estas últimas instalaciones destacaba el astillero provisional del que salieron cerca de 30 barcazas utilizadas para el transporte de las tierras extraídas en las obras. Con el tiempo este lugar fue abandonado y hoy en día aparece cubierto —aguas abajo del acueducto y a mano izquierda— por una serie de plantaciones de chopos.
Primero hay que llegar hasta Melgar de Fernamental, el mejor acceso es por la A-231, para luego continuar por la antigua N-120 con dirección a Osorno. Tras cruzar el Pisuerga se alcanza una desviación que conduce hasta el puente de Carrecalzada. Desde allí hay que caminar 1,3 kilómetros, hacia la izquierda, por uno de los caminos de sirga del canal. Una vez en el acueducto se puede bajar hasta el río y pasar por debajo de alguno de sus monumentales arcos.
También se puede visitar con el barco eléctrico San Carlos de Abánades. La ruta, de unos 60 minutos, parte del embarcadero junto al restaurante 'Carrecalzada' situado en en la misma orilla del canal.
De momento es posible realizar paseos en barco los sábados y domingos a las 17:00 h. Para los grupos es posible elegir día y hora. El restaurante de Carrecalzada también se encuentra abierto.
Reservas e información: 609 45 04 05