Enrique del Rivero 12 de marzo, 2021 · 4 minutos
A la entrada de Castrojeriz y en pleno Camino de Santiago se alza la excolegiata de Nuestra Señora del Manzano. Edificada sobre los restos de varias construcciones anteriores, en la iglesia actual se combinan a la perfección la fábrica original protogótica, comienzos del siglo XIII, con las sucesivas reformas de los siglos XV y XVIII. Entre sus numerosas obras de arte destaca la bella y famosa imagen gótica de la Virgen del Manzano.
Al llegar a Castrojeriz el Camino de Santiago ya lleva recorridos por tierras burgalesas más de cien kilómetros. A los peregrinos todavía les quedan unos 11 kilómetros hasta alcanzar el límite con Palencia y 439 kilómetros para llegar hasta su meta en Santiago de Compostela. Antes de internarse en el alargado y antiguamente amurallado caserío de Castrojeriz, la Ruta Jacobea atraviesa el barrio de El Manzano. Su origen hay que buscarlo en la época de la primera repoblación, allá por el final del siglo IX, cuando las gentes que se protegían en las inmediaciones del castillo de Castrojeriz fueron bajando a la búsqueda de tierras más llanas, cómodas y fáciles de cultivar.
El primer templo edificado en la zona pudo ser la iglesia del monasterio de monjes benedictinos de Santa María de Almazán, termino de origen mudéjar del que deriva la actual denominación del barrio de El Manzano. La primitiva iglesia condal fue reedificada en la segunda mitad del siglo X, bajo el mandato del conde Garcí Fernández y, tras pasar una temporada bajo dominio de los reyes de Navarra, se convirtió en colegiata a partir del año 1173.
El rey Alfonso VII de Castilla vinculó la colegiata de Castrojeriz —que pasó a llamarse abadía de Santa María de Castro—, al obispado de Burgos y su abad, elevado al rango de dignidad, llegó a ocupar la décima silla del coro en la primitiva catedral románica burgalesa.
La construcción del templo que ha llegado hasta nuestros días se inició en 1214 bajo la protección de doña Berenguela la Grande, reina de Castilla y madre del rey Fernando III el Santo. Su fábrica principal es de un estilo de transición entre el románico y el gótico y tiene tres naves. A finales del siglo XV fueron reformadas las bóvedas y en el XVIII se elevó la torre, se edificó la capilla de la Virgen del Manzano y se añadieron, entre otros elementos, la sacristía y el coro.
En el exterior destaca la portada principal, abierta en el hastial occidental a los pies del templo, que es de estilo gótico y se dispone con un arco abocinado, arquivoltas de basa y capiteles decorados con vegetales. Llama la atención la bella Anunciación, gótica del siglo XIII, —Virgen María y Arcángel San Gabriel bajo doseles y sobre ménsulas— que escolta el arco de entrada. La portada meridional es renacentista y la torre presenta un cuerpo inferior románico y un campanario reformado en el siglo XVIII.
En su interior, iluminado por un impactante rosetón gótico con vidrieras alemanas, se conserva un rico patrimonio artístico de distintas épocas. Además de varios retablos barrocos, entre los que destaca el de la nave central presidido por una tabla de La Anunciación pintada por el bohemio Antón Raphael Mengs, se localizan algunos sepulcros como los de los condes de Castro, patronos de la colegiata, y el posible de la reina Leonor de Castilla.
Pero sin duda la joya del templo es la imagen en piedra policromada, siglo XIII, de Nuestra Señora del Manzano. Ubicada en una capilla edificada en el siglo XVIII por un discípulo de Ventura Rodríguez, está decorada con tres retablos barrocos de los que solo fue dorado el central. El rey Alfonso X el Sabio, deslumbrado por su belleza y la fama milagrosa de la Virgen de Castrojeriz, le dedicó cinco de sus famosas cantigas escritas en gallego.
A Castrojeriz se puede llegar desde Burgos por la Autovía del Camino de Santiago, A-231, hasta la salida de Villasandino. Allí hay que tomar la carretera que se dirige a la villa.
