Enrique del Rivero 6 de enero, 2021 · 3 minutos
En lo más alto de la villa de Pineda de la Sierra, en concreto en su barrio de Ondevilla, se alza la iglesia parroquial de San Esteban Protomártir. Es un templo básicamente de factura románica en el que sobresale su galería porticada. Construido, entre finales del siglo XII y principios del siguiente, este elemento arquitectónico servía y sirve para proteger a los fieles de los duros inviernos serranos.
Lo primero que llama la atención de la iglesia de Pineda de la Sierra es el oscuro color rojizo de la piedra arenisca con la que está edificada. El templo se levanta en la zona más elevada de la población y sus constructores resolvieron con soltura el fuerte desnivel del terreno sobre el que se asienta. Consta de una única nave alargada rematada con ábside semicircular, torre adosada al muro septentrional y la galería porticada que se abre al mediodía. La fábrica de la iglesia ha sufrido diversas alteraciones que han desfigurado su primitiva estructura románica. La principal fue la sustitución de la bóveda de cañón de la iglesia por una cubierta de crucería gótica, en pleno siglo XVI. Tampoco los cuerpos superiores de la torre son de época románica.
La galería porticada protege el costado meridional de la iglesia y cobija en su interior la portada de esta. El pórtico presenta once arcadas de medio punto repartidas en dos grupos separados por una resaltada puerta de acceso. Los cinco arcos de la derecha y los seis de la izquierda descansan sobre dobles columnas que a su vez apean en un elevado pódium. Los capiteles son gemelos y están decorados con estilizados motivos vegetales. Esta misma iconografía, en la que se rastrean influencias silenses, es la que decora los cuatro capiteles de la puerta de la galería.
Cronológicamente la portada de la iglesia es anterior al pórtico y puede fecharse durante la segunda mitad del siglo XII. Su decoración se centra en los grandes capiteles que sostienen las cinco lisas arquivoltas. Los motivos representados son variados y muestran una rica iconografía. Una de las escenas más llamativas es la de una sirena de doble cola levantada que está siendo disparada por un centauro sagitario. Justo en el otro lado de la puerta se puede admirar una cuidada Adoración de los Reyes Magos.
El ábside forma parte de los elementos más antiguos y menos alterados de la iglesia. Su interior, al que se accede por el clásico arco triunfal, aparece dividido en dos tramos y está cubierto por la bóveda románica original. Al exterior muestra cinco paños con tres ventanas ligeramente abocinadas. Una serie de variados canecillos sostienen su alero.
Para llegar desde Burgos a Pineda de la Sierra hay que remontar en todo momento las aguas del río Arlanzón. Tras bordear los embalses del Úzquiza y Arlanzón, la tranquila carretera enfila hacia el bello paraje de montaña en el que aparece enclavada la localidad. La iglesia románica se encuentra dominando la población desde lo alto de una empinada ladera.
