Enrique del Rivero 11 de noviembre, 2020 · 2 minutos
A unos dos kilómetros de la localidad de Monasterio de Rodilla y sobre los escarpados farallones rocosos que se alzan frente a la ermita de Nuestra Señora del Valle se levanta el castillo de Rodilla. De esta estratégica fortaleza medieval desde la que se controlaban las importantes vías de comunicación que atravesaban la zona sólo quedan unas pocas ruinas.
Junto al actual pueblo de Monasterio de Rodilla se han localizado los restos del antiguo poblado autrigón y romano de Tritium Autrigonum. Por sus inmediaciones pasaban, unificadas desde la actual Briviesca, las calzadas romanas que desde Burdeos –vía Aquitania– y Tarragona –vía Italia– se dirigían hacia Astorga.
También de esta importante mansión romana partía una vía secundaria que enfilaba, por los Montes de Oca, hacia tierras riojanas. En los siglos posteriores la importancia estratégica de la zona aumentó con el paso del primitivo Camino de Santiago.
Para controlar este estratégico nudo de comunicaciones se construyó, allá por el año 1000, el castillo de Rodilla. Tras pasar por manos navarras –formando parte de la línea fronteriza de La Bureba–, pertenecer a los reyes de Castilla y a una larga serie de propietarios, acabó, a finales del siglo XIV, dentro del ingente patrimonio de la poderosa familia de los Velasco.
Aunque los restos conservados de la fortaleza son escasos, se reducen a la torre del homenaje –de planta pentagonal adaptada a la roca y rodeada de precipicios– y al lienzo meridional de la muralla, aún permiten hacerse una buena idea de la extensión e importancia de esta. Sus muros tienen más de dos metros de espesor y están levantados con lajas de piedra irregulares y planas.
Desde la privilegiada atalaya del castillo de Rodilla, situado a 1.062 metros de altura, se contempla una excelente panorámica del sector meridional de La Bureba y del paso de La Brújula.
Además de por la N-I, a Monasterio de Rodilla se puede llegar desde Burgos siguiendo la carretera de Poza de la Sal. En Temiño se localiza una estrecha carretera que, antes de llegar a Monasterio de Rodilla y a su famosa ermita de Nuestra Señora del Valle, alcanza la pista asfaltada que asciende hasta las inmediaciones del castillo. Tras dejar el coche, un señalizado sendero nos permitirá alcanzar la base de la fortaleza. Una serie de escaleras permiten su cómoda y segura visita.