8 de abril, 2021

La joya románica de Las Caderechas

Enrique del Rivero

Enrique del Rivero 8 de abril, 2021 · 3 minutos

El burebano valle de Las Caderechas se ha hecho famoso en los últimos tiempos por la primaveral floración de sus miles de cerezos y por sus exquisitas cerezas y manzanas reinetas. Pero este aislado enclave burgalés, que goza de un especial microclima y puede presumir de unos espectaculare paisajes naturales, tiene mucho más. Un claro ejemplo de esto último es la iglesia románica de los santos Emeterio y Celedonio, en Río Quintanilla.

Insuperable ubicación

A medio camino entre Barrio Quintanilla y Río Quintanilla, en un altozano perfilado por los relieves calizos de Castilviejo, se alza un pequeño templo que por su armoniosa estructura y privilegiada ubicación llama la atención desde la distancia. Aunque por su tamaño y asilamiento parece una ermita, en realidad era la iglesia parroquial del desaparecido núcleo medieval de Pinilla.

Románico rural burebano

La iglesia de Río Quintanilla sigue el modelo de las construcciones del románico rural de la comarca de La Bureba en la segunda mitad del siglo XII. Edificada con buena sillería de piedra de toba —ligera y abundante en la zona— consta de nave única y cabecera con presbiterio recto y ábside semicircular. Destaca la vistosa espadaña que se alza sobre el arco triunfal.

Sencilla portada

La nave del templo se divide en tres tramos separados por los contrafuertes que reciben la carga de los arcos fajones del interior. En el tramo central se abre una portada con arco de medio punto con sencillas arquivoltas aboceladas que apoyan en jambas acodilladas.

Variados canecillos

La única decoración de la fachada meridional es la serie de canecillos que sostienen la cornisa. Un poco toscos, por la dificultad para tallar la toba, muestran un repertorio en el que se pueden identificar bóvidos, aves, lobos y algunos rostros humanos, cubiertos con distintos tocados cónicos.

Airosa espadaña

Uno de los elementos que otorgan personalidad a la iglesia de los santos Emeterio y Celedonio es la espadaña que se alza, al igual que en otras iglesias de La Bureba, sobre el arco triunfal que separa la nave de la cabecera. Una escalera que oculta el muro meridional del presbiterio permite acceder hasta su base para contemplar su perfil con dos troneras apuntadas y un escalonado remate en el que se abre el campanil. Por desgracia las campanas fueron robadas hace unos cuantos años.

Adaptado al desnivel

El ábside que remata la cabecera tiene planta semicircular, se articula mediante codillo y para adaptarse al desnivel de la ladera sobre la que asienta el sagrado edifico se encuentra un poco más alto que la nave y el presbiterio. Al exterior muestra tres tramos separados por pilastras que sostienen semicolumnas rematadas por unos capiteles con figuras humanas desfiguradas por la erosión de la toba. Cada uno de los tres paños del ábside se decora con su correspondiente arco apuntado de aristas aboceladas. El central es el único que cuenta con una abocinada y rasgada ventana que ilumina el interior. La cornisa achaflanada descansa sobre canecillos decorados con nacela.

Bien conservado interior

El interior de esta pequeña iglesia mantiene bastante bien su primitiva fábrica románica y apenas ha sufrido añadidos y modificaciones. La nave, que se cubre con bóveda de cañón ceñida por arcos fajones de medio punto, se abre al presbiterio, también cubierto por bóveda de cañón, mediante un arco triunfal doblado. El ábside está cubierto con bóveda de horno.
Todas las bóvedas están decoradas con unas originales pinturas murales del estilo rural predominante en la transición entre el románico y el gótico. La pila bautismal es sencilla y sin apenas decoración.

Cómo llegar

Desde la ciudad de Burgos hay que tomar la BU-V5021, con dirección a Poza de la Sal. Desde allí la CL-633 nos llevará hasta Salas de Bureba y el ramal que se interna hacia Aguas Cándidas y Río Quintanilla. La iglesia de San Emeterio y San Celedonio se encuentra a medio camino entre los dos barrios de esta última localidad. Un señalizado camino cementado permite alcanzar las inmediaciones del templo.